La trombosis venosa profunda (TVP) es una condición médica que cada año afecta a miles de personas, siendo uno de los principales problemas relacionados con la circulación sanguínea. La trombosis venosa profunda no solo puede causar molestias y dolor, sino que también puede derivar en complicaciones graves como la embolia pulmonar si no se detecta y trata a tiempo.

Para que aprendas a identificar qué es la trombosis venosa profunda, sus síntomas más comunes, cómo prevenirla y tratarla, y el importante papel que juegan las terapias avanzadas como la presoterapia en su manejo, vamos a ver todos estos puntos en este artículo.

¿Qué es la trombosis venosa profunda?

La trombosis venosa profunda (TVP), se puede definir como la formación de un coágulo de sangre dentro de las venas profundas del cuerpo. Aunque suele desarrollarse en las extremidades inferiores, como las piernas, también puede ocurrir en otras áreas como los brazos o el abdomen.

Este tipo de coágulos puede obstruir el flujo sanguíneo normal, lo que lleva a diversos síntomas y aumenta el riesgo de complicaciones graves, como la embolia pulmonar, cuando el coágulo se desplaza hacia los pulmones.

La trombosis venosa profunda es una enfermedad que puede estar asociada a varios factores de riesgo, como la inmovilización prolongada, cirugías mayores, hospitalizaciones, embarazo, uso de anticonceptivos orales o terapia de reemplazo hormonal, entre otros.

Es muy importante, sobre todo en personas de riesgo, conocer sus signos y síntomas para actuar rápidamente y evitar consecuencias más graves.

Además, cabe destacar que la prevención puede ser totalmente clave en la efectividad del tratamiento de trombosis venosa profunda.
Técnicas como la presoterapia, que utiliza compresión neumática para estimular la circulación sanguínea, son muy efectivas y recomendadas tanto para prevenir como para tratar esta condición.

Trombosis venosa profunda: factores de riesgo más comunes

Es importante conocer los factores de riesgo asociados a la trombosis venosa profunda (TVP) para poder prevenirla y reducir su impacto en nuestra salud. Identificar estos factores puede marcar la diferencia entre una vida normal y el desarrollo de complicaciones graves, como la embolia pulmonar. Algunos de estos factores más comunes son:

  • Cirugía y trauma: Las intervenciones quirúrgicas mayores, especialmente en áreas como la pelvis, abdomen, cadera o rodilla, aumentan considerablemente el riesgo de trombosis venosa profunda debido a la limitación de la circulación durante la operación relacionadas con la trombosis venosa profunda.

  • Hospitalización: Un porcentaje importante del 33% de los casos de trombosis venosa profunda tienen lugar en los 3 meses posteriores a una hospitalización. La inmovilidad prolongada durante este período tiene una gran influencia en el desarrollo de coágulos venosos profundos.

  • Vuelos de largo recorrido: Viajar en avión durante largas horas puede llegar a ser otro factor de riesgo para la trombosis venosa profunda debido a la combinación de inmovilidad y deshidratación, 2 condiciones que predisponen a la formación de coágulos en las venas profundas.

  • Historial previo de trombosis venosa profunda o tromboembolismo pulmonar: Si has sufrido anteriormente una trombosis venosa profunda o una embolia pulmonar, tus probabilidades de desarrollarla de nuevo son mayores:

  • Anticonceptivos orales y terapia de reemplazo hormonal: El uso de anticonceptivos orales o terapia de reemplazo hormonal, al aumentar los niveles de estrógenos en el cuerpo, puede predisponer a la trombosis venosa profunda. Sin embargo, este riesgo es relativamente bajo en mujeres sanas sin otros factores de riesgo adicionales.

  • Embarazo y puerperio: Durante el embarazo y el período postparto, el cuerpo experimenta un aumento temporal de hipercoagulabilidad para evitar sangrado excesivo durante el parto. Este cambio fisiológico también incrementa el riesgo de tromboembolismos venosos profundos.

  • Presencia de tumores: Algunos tipos de cáncer pueden inducir un aumento de trombina y actividad pro-coagulante, lo que favorece la formación de coágulos sanguíneos relacionados con la trombosis venosa profunda.

  • Trombofilia: Esta condición genética o adquirida, caracterizada por altos niveles de factores de coagulación (como los factores VIII, IX y XI) o la presencia de hiperhomocisteinemia, eleva el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda.

  • Obesidad: Los índices de masa corporal muy altos están relacionados con la falta de actividad física, lo que puede contribuir al estancamiento de la sangre en las venas y, por ende, al desarrollo de coágulos venosos profundos.

¿Por qué se produce la trombosis venosa profunda?

La trombosis venosa profunda (TVP) se produce debido a 3 factores principales que interfieren con el flujo sanguíneo normal y favorecen la formación de coágulos.

  • 1

    Alteraciones en el flujo sanguíneo (estasis): La inmovilización prolongada, ya sea por hospitalización, cirugías o viajes largos, puede causar un estancamiento de la sangre en las venas profundas. Este fenómeno, conocido como estasis venosa, es uno de los principales desencadenantes de la trombosis venosa profunda.

  • 2

    La lesión endotelial vascular: Una lesión en la pared interna de las venas (endotelio) puede exponer tejidos como el colágeno, lo que activa las plaquetas y promueve la formación de coágulos. Esta lesión puede ser causada por traumas directos, inflamación o incluso condiciones médicas subyacentes.

  • 3

    Alteraciones en los componentes de la sangre (hipercoagulabilidad): Un estado de hipercoagulabilidad, ya sea heredado o adquirido, incrementa el riesgo de trombosis venosa profunda. Este estado puede estar relacionado con trastornos genéticos, ciertos medicamentos (como anticonceptivos orales), embarazo, enfermedades crónicas o cáncer.

Es importante destacar que estos 3 factores suelen actuar en combinación, aumentando aún más el riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda. Por ello, identificarlos y tomar medidas preventivas es verdaderamente importante para evitar complicaciones más graves.

Síntomas y signos de la trombosis venosa profunda

La trombosis venosa profunda es una condición que puede manifestarse a través de diferentes síntomas, aunque en algunos casos puede ser completamente asintomática. Es importante conocer y prestar atención a estos síntomas de trombosis venosa profunda, ya que, como hemos mencionado antes, su identificación temprana puede prevenir complicaciones graves como la embolia pulmonar.

Los signos de trombosis venosa profunda más comunes incluyen:

  • Sensación de dolor o molestias en la extremidad afectada: Este es uno de los primeros indicios de trombosis venosa profunda. El dolor puede ser constante o empeorar al caminar o mover la pierna.

  • Hinchazón (edema): La acumulación de líquidos en la pierna o brazo afectado es otro síntoma frecuente de trombosis venosa profunda. Esta hinchazón suele ser unilateral y puede ser más evidente al final del día.

  • Sensación de calor en la zona afectada: Las personas que sufren trombosis venosa profunda pueden percibir una sensación de calor en la extremidad que tengan afectada, lo que se debe a la inflamación local.
  • Enrojecimiento o cambio de color en la piel: La piel en la zona afectada puede tornarse roja o adquirir un tono azulado debido a la obstrucción del flujo sanguíneo.

  • Piel tensa o brillante: La acumulación de líquidos y la inflamación pueden hacer que la piel se vea más tensa y brillante.

En el caso de presentar alguno de estos signos de trombosis venosa profunda, debemos tener en cuenta que si han aparecido repentinamente, o ya los teníamos, pero se han agravado, es de vital importancia que busquemos atención médica inmediata para evitar complicaciones graves.

Además, es necesario hacer hincapié en que la trombosis venosa profunda no sólo provoca molestias físicas, sino que también puede llevar a un grado de minusvalía considerable si no se trata adecuadamente. Complicaciones a largo plazo, como el síndrome post-trombótico, pueden causar dolor crónico, hinchazón persistente y úlceras cutáneas, afectando considerablemente la calidad de vida del paciente.

Por ello, el tratamiento de la trombosis venosa profunda debe abordarse de manera integral, combinando medicamentos anticoagulantes con técnicas preventivas como la presoterapia. Estas terapias avanzadas son de gran ayuda en la reducción del riesgo de recurrencia y en la mejora de la circulación sanguínea.

Tratamientos para la trombosis venosa profunda

La trombosis venosa profunda requiere de un enfoque integral tanto para su tratamiento como para su prevención.

El tratamiento habitual de la trombosis venosa profunda se centra principalmente en disolver los coágulos existentes, prevenir la formación de nuevos y reducir el riesgo de complicaciones graves como la mencionada embolia pulmonar. Los tratamientos para la trombosis venosa profunda  más comunes incluyen:

  • Anticoagulantes: Medicamentos que impiden que los coágulos crezcan y previenen la formación de nuevos. Ejemplos comunes son heparina, warfarina y anticoagulantes orales directos (DOACs).

  • Fármacos trombolíticos: Usados en casos graves para disolver rápidamente los coágulos.

  • Compresión externa: La terapia de compresión, como medias de compresión o dispositivos de presoterapia, ayuda a mejorar la circulación sanguínea y reduce el riesgo de estasis venosa.

Además de estos tratamientos farmacológicos, debemos entender cómo el cuerpo humano utiliza mecanismos naturales para promover la circulación venosa, que te explicamos en el apartado siguiente, con la bomba muscular, y la bomba de pie.

La bomba muscular y la bomba de pie

La actividad física es muy importante a la hora de poner en marcha la circulación sanguínea, especialmente en las venas profundas de las extremidades inferiores. Este proceso se lleva a cabo gracias a 2 mecanismos naturales conocidos como la bomba muscular y la bomba de pie:

  • La bomba muscular: Los músculos de la pantorrilla actúan como una especie de «corazón periférico». Durante la contracción y relajación muscular, estas fibras comprimen las venas, empujando la sangre hacia el corazón. Las válvulas venosas impiden que la sangre fluya en dirección contraria, asegurando un flujo constante hacia el sistema cardiovascular central.

    Un ejemplo claro de cómo funciona esta bomba muscular es cuando realizamos movimientos como caminar o subir escaleras. En estos casos, los músculos de la pantorrilla se contraen repetidamente, actuando como un «impulsor» natural que ayuda a devolver la sangre al corazón. Incluso algo tan simple como andar de puntillas activa intensamente esta acción, ya que fuerza una contracción completa del músculo gastrocnemio (uno de los principales músculos de la pantorrilla), comprimiendo las venas y facilitando el retorno venoso.

  • La bomba de pie: Por otro lado, cuando caminamos, las venas situadas en la planta del pie también se comprimen y se sueltan en una acción de bombeo. Este movimiento contribuye significativamente al retorno venoso, especialmente cuando estamos de pie o realizando actividades físicas.

    Para ejemplificar esto, imagina lo que ocurre cuando das un paso: al apoyar el talón y luego empujar con los dedos del pie, las venas en la planta del pie se comprimen, ayudando a empujar la sangre hacia arriba. Este mecanismo es especialmente importante porque la sangre debe vencer la gravedad para regresar al corazón desde las extremidades inferiores. Sin esta «bomba de pie», sería mucho más difícil mantener una buena circulación venosa durante largos periodos de inmovilización o permanencia en pie.

Estas «bombas» son vitales para mantener una buena circulación venosa. Sin embargo, durante períodos de inmovilización prolongada, como después de una cirugía, lesión o enfermedad, estas bombas naturales permanecen inactivas. Como resultado, la sangre puede estancarse en las venas, aumentando así el riesgo de trombosis venosa profunda. En estos casos, es necesario activar artificialmente la circulación para prevenir la formación de coágulos. ¿Cómo? Aquí es dónde el uso de una máquina de presoterapia marca la diferencia.

La bomba muscular y la bomba de pie

Cómo la presoterapia ayuda en el tratamiento de la trombosis venosa profunda

Cuando las «bombas musculares» y la «bomba de pie» no funcionan como deberían debido a la inmovilización o enfermedades, la presoterapia se convierte en la mejor alternativa para mejorar la circulación sanguínea y reducir el riesgo de trombosis venosa profunda.

Uno de los dispositivos más avanzados en este campo, y del que disponemos en CINCOS, es el Lympha Press Optimal Plus, un equipo médico diseñado específicamente para proporcionar compresión neumática peristáltica en las extremidades. El Optimal Plus imita perfectamente la acción natural de las bombas musculares y la bomba de pie, promoviendo el retorno venoso y evitando la estasis venosa.

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Preguntas frecuentes sobre la trombosis venosa profunda

Existen una serie de preguntas frecuentes sobre la trombosis venosa profunda que las personas que la sufren, o creen que la están empezando a sufrir, se hacen a menudo. Es por ello que, para intentar resolverlas todas y ayudarte a que tengas toda la información que necesitas sobre esta condición, las respondemos a continuación.

La trombosis venosa profunda (TVP) puede tener consecuencias a largo plazo que afectan en mayor o menor medida la calidad de vida del paciente. En algunos casos, puede desarrollarse el síndrome post-trombótico, que se caracteriza por:

  • Dolor crónico.
  • Hinchazón persistente.
  • Sensación de pesadez en la extremidad afectada.
  • E incluso úlceras cutáneas.

El grado de minusvalía asociado a la trombosis venosa profunda depende de varios factores, como la localización del coágulo, la severidad de los síntomas y la efectividad del tratamiento recibido. En casos graves, puede requerir rehabilitación prolongada o adaptaciones laborales y personales. Además, es importante considerar el tiempo de baja por trombosis venosa profunda, que varía según la gravedad del caso y las recomendaciones médicas, pero generalmente oscila entre semanas y meses.

Cabe destacar que la prevención temprana, mediante técnicas como la presoterapia puede minimizar el riesgo de discapacidad futura y mejorar el pronóstico.

Si te han diagnosticado con trombosis venosa profunda, o sospechas aún que la puedes estar sufriendo, debes evitar ciertas acciones que podrían empeorar tu condición:

  • No realices masajes intensos: Los masajes profundos pueden desalojar el coágulo, aumentando el riesgo de embolia pulmonar.
  • Evita largos periodos de inmovilización: Aunque el reposo es importante, mantenerse completamente inactivo puede empeorar la circulación. Es preferible realizar movimientos suaves y controlados.
  • No ignores los síntomas: Si notas dolor, hinchazón o enrojecimiento en una extremidad, consulta a un médico de inmediato.
  • Evita viajes largos sin paradas: Si necesitas viajar en avión o coche durante muchas horas, toma precauciones como moverte regularmente o usar medias de compresión.

Detectar una trombosis venosa profunda a tiempo es fundamental para evitar complicaciones graves. Algunos signos que podrían indicar que estás experimentando una trombosis en la pierna son:

  • Dolor o molestias en la pierna, especialmente al caminar o moverla.
  • Hinchazón unilateral (en una sola pierna).
  • Sensación de calor en la zona afectada.
  • Enrojecimiento o cambio de color en la piel.
  • Piel tensa o brillante en la extremidad afectada.

Si notas alguno de estos síntomas, busca atención médica de inmediato para que te puedan valorar y recibas un diagnóstico adecuado.

Es fácil que una trombosis venosa profunda en una pierna se confunda con otras condiciones o dolencias, como lesiones de huesos, músculos o ligamentos. Sin embargo, hay diferencias destacables:

  • En el caso de las lesiones musculares, estas suelen mejorar con el descanso y la aplicación de hielo o compresión en la zona afectada. En el caso de una trombosis, el reposo y la compresión no mejoran los síntomas con el paso de los días.
  • Los esguinces o torceduras, suelen mejorar también gradualmente, mientras que los síntomas de una trombosis pueden empeorar o permanecer constantes.
  • La flebitis superficial, aunque similar en algunos aspectos, la flebitis superficial afecta venas superficiales y suele ser menos grave que una trombosis venosa profunda.

Si tienes dudas, siempre es mejor consultar a un profesional médico para un diagnóstico preciso.

Realizar un poco de ejercicio de manera regular, es importante en general, pero además tiene una importancia extra en la prevención y manejo de la trombosis venosa profunda.

Es recomendable llevar a cabo actividades suaves que promuevan la circulación sanguínea sin forzar demasiado la extremidad afectada. Algunos ejemplos de esto que te puedo dar, son tan sencillos como:

  • Movimientos de tobillo: Rotar o flexionar los tobillos ayuda a activar la «bomba de pie» y mejora el retorno venoso.
  • Caminatas cortas y regulares: Caminar suavemente estimula la acción de las «bombas musculares» en las pantorrillas.
  • Ejercicios de fortalecimiento leve: Movimientos controlados como levantar pequeños pesos con las piernas pueden ser beneficiosos, siempre bajo supervisión médica.

Recuerda consultar con tu médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicio, especialmente si has sido diagnosticado con trombosis venosa profunda.

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