Es muy común el asociar una talla grande a tener problemas de salud por el peso excesivo. La realidad es bien distinta ya que en numerosas ocasiones no hay una relación directa. La grasa visceral es un tipo de grasa que se localiza a nivel del tronco, rodeando los diferentes órganos; ésta tiene características proinflamatorias y puede encontrarse en personas con IMC normal.  

El tipo de grasa y su distribución es más importante que la cantidad total

Hasta el momento cuando nos referimos al tejido adiposo siempre se le otorga la función exclusiva de almacenar las calorías excedentes de la alimentación. Aquellas que no se consumen por parte del organismo. Sin embargo, se ha podido constatar que funciona como órgano endocrino presente en la formación de hormonas.

Es importante distinguir entre el tejido adiposo subcutáneo y la grasa visceral: 

Tejido adiposo subcutáneo:

El tejido adiposo subcutáneo se localiza por debajo de la piel y normalmente se le conoce como celulitis, pudiendo tener diferentes localizaciones. 

La grasa visceral:  

La grasa visceral es la que rodea los diferentes órganos y se encuentra en el tronco.  El acúmulo excesivo de este tipo de grasa alrededor de los órganos es un factor de riesgo para sufrir enfermedades cardiovasculares en incluso la diabetes melitus tipo 2 hipertensión arterial y síndrome metabólico.

No se distribuye de forma homogénea o proporcional por todo el cuerpo si no que se localiza en la zona abdominal básicamente. Es por este motivo que para determinar si existe o puede existir un acúmulo, el índice de masa corporal no es un indicador si no que hemos de mirar el perímetro de cintura. Personas delgadas pueden tener grasa visceral. Por lo que el primer paso para poder determinar su existencia es midiendo la circunferencia del abdomen.

 Riesgos de la grasa visceral

Aparte de los mencionados anteriormente de problemas cardiovasculares, tensión, etc. La Grasa visceral presenta los siguientes riesgos:

Riesgos a nivel hepático 

El tejido adiposo visceral va liberando progresivamente ácidos grasos que son transportados por la vena porta hasta el hígado.  Allí se pueden acumular dando origen a lo que conocemos como hígado graso o esteatosis hepática (nombre clínico).

También, riesgos a nivel del sistema digestivo

El exceso de grasa y su localización son factores de riesgo para el cáncer de colon.

Y, por último, riesgos a nivel de la insulina

Cuando son secretadas citoquinas por parte de los macrófagos existentes en el tejido adiposo se genera un estado crónico de inflamación que da como resultado una resistencia a la insulina. 

 ¿Cómo se evalúa la grasa visceral? 

Si bien el perímetro de la cintura es un buen indicador para una primera estimación, posteriormente se han de hacer diferentes combinaciones de pruebas.

Un perímetro de más de 91 cm en hombres y 89 cm en mujeres ya nos indica que existe un exceso de grasa visceral.

Posteriormente, se establece una relación entre altura la cintura y su perímetro junto con los niveles de triglicéridos o colesterol. Se realizarán otras pruebas como son una resonancia magnética y tomografía para precisar con exactitud la cantidad de tejido adiposo que hay en la zona.

A nivel clínico, se recomienda la combinación de diferentes índices antropométricos (relación cintura/altura y perímetro de la cintura) junto con parámetros bioquímicos (niveles de triglicéridos y colesterol). Y pruebas como la espectroscopia de resonancia magnética y la tomografía computarizada, ya que tienen un alto nivel de precisión. También, son recomendables pruebas de densidad ósea para calibrar con mayor precisión la cantidad de grasa. 

¿Por qué se produce la grasa visceral?

Si bien la obesidad o el exceso de grasa genérico pueden deberse a múltiples factores, cuando hablamos de grasa visceral generalmente se deben a un factor concreto que es “nuestros hábitos de vida”. El sedentarismo, la falta de ejercicio sumado a la ingesta calórica elevada con pocos nutrientes, como son la ingesta en exceso de alcohol, bollería, fritos carnes procesadas etc, son principales causantes.

También, se ha de tener en cuenta que hay un factor hormonal, sobre todo en hombres y en las mujeres a partir de la menopausia que nos predisponen a acumular grasa en esta zona.

 

LA OBESIDAD VISCERAL: Predice la aparición de Diabetes Melitus 2 y de enfermedades cardiovasculares 

 Organismos internacionales y regionales de la salud como El Grupo Internacional de Trabajo en Obesidad (IOTF), Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre otros han podido constatar la aparición de una nueva pandemia del siglo XXI. La han calificado así debido al crecimiento continuado, la extensión epidemiológica, el impacto en la mortalidad, la calidad de vida y el gasto sanitario.

Esta vez se trata de enfermedades no transmisibles y son el sobrepeso, la obesidad o la diabetes y afectan a personas de todas las edades, etnias o sexos.  Son las que mayor tasa de mortalidad y morbilidad causan entre las no transmisibles, además de ser factores de riesgo en el aumento de casos de hipertensión arterial o enfermedades cardíacas.

En las últimas décadas los hábitos de vida han cambiado por unos más sedentarios y ha aumentado el uso de dietas no saludables. Si bien estos cambios afectan a toda la población independientemente de la edad, son los jóvenes los más vulnerables a esta tendencia.

El aumento de grasa a nivel visceral (TAV) da como resultado obesidad abdominal y una progresiva resistencia a la insulina. Ambos componentes alteran el metabolismo glucolipídico y generan dislipemias o lo que es lo mismo, una alteración de la grasa en sangre.

Como resultado tenemos una inflamación del tejido adiposo abdominal que es la causa de una alteración endocrino-inmune-metabólica. Esta alteración es la causa clínica de enfermedades vasculares y del síndrome metabólico que incluye aumento de la presión arterial, elevación de la glicemia de ayunas, aumento de triglicéridos, disminución del colesterol HDL, entre otras.

 

¿Qué hacer para prevenir la obesidad visceral? Y, en su defecto, ¿Cómo la trataremos?

 Para prevenir la obesidad visceral es importante cambiar a una alimentación antiinflamatoria:

  • Aumentar el consumo de pescados ricos en omega 3 y reducir la ingesta de omega 6 presente en platos ultra procesados y comida rápida.
  • Priorizar el uso de legumbres y carbohidratos complejos, grano entero y no refinado
  • Intentar no procesar demasiado los alimentos, mejor evitar licuar la fruta comiendo mejor la pieza que no el zumo
  • Evitar en lo posible los picos glucémicos intentando que la carga glucémica sea constante.
  • A través del aporte adecuado de antioxidantes: alimentos ricos en carotenoides (mango, naranja, pimiento rojo, tomate, papaya, melocotón); flavonoides (té verde, cacao, cítricos, uvas, coles, puerros, cebollas, arándanos, ciruelas); tocoferoles o vitamina E (frutos secos, aceite de oliva) y vitamina C (fresas, brócoli, kiwi).
  • Alimentos ricos en vitamina D (lácteos enteros, pescados azules, huevo).

 

Realizar ejercicio físico de manera regular.  Se ha podido constatar que en el caso de la grasa visceral, el mero hecho de realizar ejercicio aeróbico de alta intensidad sólo o combinado con otros entrenamientos consigue reducirla. Aun si no se ayuda de una reducción calórica.

En caso necesario, utilizar medicamentos para reducir las dislipemias.  Será el criterio médico el que indique si es necesario o no el uso de medicación para controlar el colesterol y triglicéridos. En caso de usarlos se ha de tener en cuenta que es posible que baje el nivel de coenzima Q10, por lo que no está de más tener suplemento para evitar la reducción drástica de este antioxidante.

En Resumen 

Según la Fundación Española del Corazón (FEC), existen dos tipos de obesidad según donde estén localizadas:

  • La periférica (el exceso de grasa está situado en glúteos, muslos y brazos),
  • La central (el exceso de grasa se concentra en el abdomen).

Esta última, la central tiene repercusiones muy negativas para el organismo ya que multiplica por 2 al menos el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Esto es debido a que aumenta el colesterol, los triglicéridos es riesgo de diabetes por aumentar la resistencia a la insulina, subida de tensión arterial y trombosis entre otros.