¿Te pasó este verano? De repente, tus piernas, manos o tobillos parecían globos a punto de explotar cada vez que subía el termómetro. Especialistas en nutrición y medicina vascular están lanzando una advertencia clara ahora que llega el otoño: esa hinchazón que sufriste no fue «cosa del verano» sin más, y si no actúas ahora, el año que viene será PEOR.

Y lo más grave es que la mayoría lo normaliza pensando «es el calor, es normal», cuando en realidad tu cuerpo te estaba enviando señales claras de que algo no va bien con tu circulación.

Lo que realmente pasó en tu cuerpo este verano

La explicación es más simple (y más seria) de lo que parece. Cuando llegó el calor, tus vasos sanguíneos se dilataron para intentar refrescar el cuerpo. Hasta aquí, todo bien. El problema es que este proceso hizo que los líquidos se filtraran hacia los tejidos circundantes, causando esa hinchazón tan molesta.

Los culpables reales fueron:

  • Vida sedentaria: Con el calor te moviste MENOS. Horas sentado con el aire acondicionado o de pie en el mismo sitio. Resultado: circulación sanguínea resentida y líquidos acumulados.

  • Dieta cargada de sodio: Exceso de sal en las comidas, alimentos procesados y aperitivos de terraza. Todo lleno de sodio que te hizo retener líquidos como una esponja.

  • Bebiste poca agua: Paradoja del verano: cuando más líquido necesitabas, menos agua bebiste. Tu cuerpo compensó reteniendo líquidos. Hinchazón garantizada.

  • Alcohol sin control: Cervecitas, copas y cócteles. Doble golpe: deshidrata (tu cuerpo retiene líquidos en defensa) + inflama directamente. Tus piernas lo pagaron.

  • Ropa y calzado inadecuados: Pantalones ajustados y sandalias sin sujeción. Restringieron tu circulación y afectaron al sistema linfático. Pies hinchados que arrastraron a las piernas.

Qué hacer AHORA para evitarlo el próximo año

Lo primero y NO NEGOCIABLE de cara al próximo verano: prepara tu sistema circulatorio desde ya. No esperes a junio para empezar a cuidarte.

La hidratación debe convertirse en tu nueva religión. Mínimo entre 7 y 8 vasos de agua al día, aunque la cantidad exacta depende de tu edad y peso. Si esperas a tener sed, ya llegaste tarde.

La alimentación es tu mejor aliada (o tu peor enemiga). Necesitas incluir YA en tu dieta de otoño e invierno:

  • Frutas ricas en agua: sandía (cuando vuelva la temporada), melón, fresas, naranja, piña. No solo te hidratan, facilitan la eliminación de toxinas.
  • Verduras con superpoderes: pepino, calabacín, espinacas. Básicamente, todo lo que tiene agua de sobra.
  • Alimentos ricos en potasio: plátano, aguacate, albaricoque, champiñones, brócoli. El potasio equilibra el sodio y reduce la retención.
  • Magnesio al rescate: almendras, nueces, semillas de calabaza, legumbres. Ayudan a regular los líquidos corporales.
  • Antiinflamatorios naturales: aceite de oliva, pescados azules, cúrcuma, jengibre.

Y obviamente, reducir YA pasteles, galletas, bebidas carbonatadas (incluso las «light»), zumos industriales y alcohol. Empieza ahora, no en primavera.

El ejercicio no es opcional

Caminar, nadar, montar en bici… cualquier actividad que active tu circulación va a preparar tu sistema vascular para el próximo verano. Si trabajas sentado o de pie muchas horas, incorpora ejercicios con los pies y tobillos cada hora desde ahora. No es negociable.

Un truco que funciona de verdad: túmbate y pon las piernas en alto, por encima del nivel del corazón, durante 15-30 minutos varias veces al día. Esto facilita el retorno venoso como nada. Lo mismo con las manos si se te hincharon. Y cuando llegue el calor del año que viene, aplicar agua fría en las extremidades será un alivio instantáneo.

Si este verano la hinchazón fue recurrente o muy intensa, ahora es el momento de considerar tratamientos preventivos. Cada vez más centros médico-estéticos están incorporando la presoterapia para casos de retención de líquidos crónica. 

Equipos como el Lympha Press Optimal Plus están diseñados específicamente para mejorar el drenaje linfático y reducir el edema mediante compresión dinámica controlada, siendo especialmente efectivos cuando las medidas convencionales no son suficientes. Tratarlo ahora, en otoño, puede marcar la diferencia el verano que viene.

lympha press piernas hinchadas

Cuándo preocuparse de verdad

Mira, si este verano tuviste hinchazón persistente que no se fue con las medidas habituales, o si apareció acompañada de otros síntomas raros (dolor intenso, enrojecimiento, calor en la zona), consulta con un médico ahora que tienes tiempo. No esperes al próximo verano. Puede haber una enfermedad vascular subyacente que necesite tratamiento específico.

Lo que pasó este verano fue una señal de alarma. Tu cuerpo te está diciendo que algo no funciona bien en tu circulación, y tienes de octubre a mayo para prepararte y evitar que se repita. Porque lo que este año fue una molestia, el año que viene puede convertirse en un problema vascular serio.

La pregunta es simple: ¿vas a llegar al próximo verano con el mismo sistema circulatorio deficiente, o vas a actuar ahora?

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